En el vibrante contexto de 1990, un selecto grupo de masones se congregaba con frecuencia, ya fuera en el distinguido Club Medellín y a veces en la acogedora residencia de uno de ellos. La chispa que encendía sus reuniones era la visión de forjar algo nuevo y significativo en el ámbito de la masonería Antioqueña. En aquel entonces, la atmósfera en las logias del Oriente de Medellín no favorecía la armonía, lo que llevó a estos visionarios a soñar con una Logia que actuara como nexo, uniendo esfuerzos y sincronizando sus trabajos. Este anhelo de unidad culminó en la creación de la Logia Armonía, un nombre cuidadosamente elegido durante una de las reuniones nocturnas en el exclusivo Club Medellín. Como emblema de esta nueva logia, se seleccionó la orquídea, que florece con gracia en el corazón de la Escuadra y el Compás. Así, en 1990, nació una fraternidad destinada a tejer lazos que trascenderían el tiempo y el espacio.
El fruto de este arduo esfuerzo finalmente se materializó el 23 de marzo de 1991, a las 18:39 horas. En ese momento crucial, con Evaristo Obregón Garcés ostentando el cargo de Gran Maestro de la Gran Logia de Colombia, la carta patente fue entregada a los miembros fundadores de la Respetable Logia Armonía N°39. Este acto marcó el nacimiento oficial de la Logia, sellando su compromiso con los principios masónicos. Posteriormente, el 23 de julio de 1992, la trascendencia de este acontecimiento se plasmó en la notaría 14° de Medellín con el registro formal de la Corporación Logia Armonía N°39. Este hito quedó debidamente consignado en la escritura pública N°.1820, asegurando así la consolidación legal de la Logia y su compromiso con la búsqueda de la verdad, la fraternidad y la armonía en el camino masónico.
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